lunes, 24 de septiembre de 2012

LA REINA DE DIOS



En el ensueño
de la mujer fatal,
se esconde el sueño
del hombre entregado,
está entregado
al placer del amar,
su voluntad ya lo abandonó.


No hay poesía
más dulce y más voraz,
que la caricia
de la reina de dios,
sus manos son
una pluma real,
su piel es seda
es incienso y alcohol.


Es imposible otra eternidad
que este instante
esta furia veloz,
no pido más
que tus labios rozar,
con la calvicie
de la desolación

KARMA SUTRA



Cuando la razón
se abre de gambas
y se lubrica,
penetra el sueño
del corazón.
Frí(gi)das kahlos
torciendo la espalda
y poniendo cara de fatalitas
que se van al mazo
cuando le cantás envido.
Una "peta" y un "pete"
y una burguesa que bese
como una puta frambuesa.
Sin karma police, con karma sutra,
con Radiohead en la vitrola, te quiero, trola.